lunes, 21 de octubre de 2013


EL TUNEL
UN CUENTO PARA COMPARTIR.
La madre una mañana envía a dos hermanos a caminar, esperando que las diferencias entre ellos se aminoren. Caminando descubren un túnel oscuro, húmedo y resbaladizo. El hermano entra y la hermana, aterrada, espera afuera. Al lograr vencer su angustioso miedo la hermana decide ir a buscarlo. Emocionante relato de complicidad y solidaridad iluminado con realistas y sobrecogedoras ilustraciones.

viernes, 4 de octubre de 2013



LEYENDA DE LA FLOR DE CEIBO

 

El Ceibo, también denominado seibo, seíbo, o bucare, es la Flor Nacional de la República Argentina. Esta elección surgió en las primeras décadas del siglo XX, después de muchas discusiones y controversias, pero finalmente, el 23 de diciembre de 1942, el Poder Ejecutivo Nacional, mediante el Decreto Nº 138.974, consagró oficialmente,  el ceibo como la Flor Nacional Argentina.

El Ceibo es un árbol originario de América, de la zona subtropical, no muy alto, de tronco retorcido, pertenece a la familia de las leguminosas, por lo que las semillas se guardan en vainas encorvadas. Sus flores son rojas, de un rojo carmín.

Crece en las riberas del Paraná y del Río de La Plata, pero se lo puede hallar en zonas cercanas a ríos, lagos y zonas pantanosas a lo largo del país.

La madera de ceibo es muy liviana y porosa, y se la utiliza para la construcción de balsas, colmenas, juguetes de aeromodelismo.

Su presencia en parque y jardines argentinos, pone una nota de perfume y color.  Y el admirador evita arrancar sus flores, debido a que sus ramas poseen una especie de aguijones.

LEYENDA DEL CEIBO:

Cuenta la leyenda que en las riberas del Paraná, vivía una indiecita fea, de rasgos toscos, llamada Anahí. Era fea, pero en las tardecitas veraniegas deleitaba a toda la gente de su tribu guaraní con sus canciones inspiradas en sus dioses y el amor a la tierra de la que eran dueños... Pero llegaron los invasores, esos valientes, atrevidos y aguerridos seres de piel blanca, que arrasaron las tribus y les arrebataron las tierras, los ídolos, y su libertad.
Anahí fue llevada cautiva junto con otros indígenas. Pasó muchos días llorando y muchas noches en vigilia, hasta que un día en que el sueño venció a su centinela, la indiecita logró escapar, pero al hacerlo, el centinela despertó, y ella, para lograr su objetivo, hundió un puñal en el pecho de su guardián, y huyó rápidamente a la selva.
El grito del moribundo carcelero, despertó a los otros españoles, que salieron en una persecución que se convirtió en cacería de la pobre Anahí, quien  al rato,  fue alcanzada por los conquistadores. Éstos, en venganza por la muerte del guardián, le impusieron como castigo  la muerte en la hoguera.
La ataron a un árbol e iniciaron el fuego, que parecía no querer alargar sus llamas hacia la doncella indígena, que sin murmurar palabra, sufría en silencio, con su cabeza inclinada hacia un costado. Y cuando el fuego comenzó a subir, Anahí se fue convirtiendo en árbol, identificándose con la planta en un asombroso milagro.
Al siguiente amanecer, los soldados se encontraron ante el espectáculo de un hermoso árbol de verdes hojas relucientes, y flores rojas aterciopeladas, que se mostraba en todo su esplendor, como el símbolo de valentía y fortaleza ante el sufrimiento.


 http://www.argentour.com/images/ceibo_1.jpg

Tomada de la narración oral.
En Paraguay está la leyenda hecha canción:

ANAHÍ (CANCIÓN PARAGUAYA)
(Leyenda de la flor del ceibo)

Anahí...
las arpas dolientes hoy lloran arpegios que son para ti
recuerdan acaso tu inmensa bravura, reina guaraní,
Anahí,
indiecita fea de la voz tan dulce como el aguaí.
Anahí, Anahí,
tu raza no ha muerto, perduran sus fuerzas en la flor rubí.

Defendiendo altiva tu indómita tribu fuiste prisionera
Condenada a muerte, ya estaba tu cuerpo envuelto en la hoguera
y en tanto las llamas lo estaban quemando
en roja corola se fue transformando...
La noche piadosa cubrió tu dolor y el alba asombrada
miro tu martirio hecho ceibo en flor.
Anahí,  las arpas dolientes hoy lloran arpegios que son para ti
recuerdan acaso tu inmensa bravura, reina guaraní,
Anahí,
indiecita fea de la voz tan dulce como el aguaí.
Anahí, Anahí,
tu raza no ha muerto, perduran sus fuerzas en la flor rubí.

LEYENDAS ARGENTINAS

LA  LEYENDA:  
Las leyendas son narraciones fantásticas, que intentan explicar
- el origen de un pueblo;
- algunos fenómenos de la naturaleza (la lluvia, los relámpagos, los truenos);
- las características de ciertos animales y plantas;
- el surgimiento de montañas, ríos u otros accidentes geográficos.
Como en toda narración, se pueden reconocer en ellas tres momentos: introducción, desarrollo y desenlace. Además, aparecen personajes y se menciona el tiempo y el lugar donde transcurre la acción.
Las leyendas son, generalmente, anónimas, es decir que no se sabe quién las creó. Se transmiten a través del tiempo en forma oral y se dice que son de creación colectiva porque cada narrador, al contarlas, las va modificando. Otras veces, tienen un autor individual y conocido.






LEYENDA DE LA ARAUCARIA
 
 Esto sucedió hace mucho tiempo, en la época en que los españoles comenzaron la conquista de estas tierras de América.
Un día, los indios mapuches, muy asustados, vieron que unos hombres de piel blanca, cargados de armas avanzaban sobre ellos. Venciendo su temor, los hombres del cacique mapuche Mallaucán, lucharon contra los hombres blancos.
La lucha fue larga,  el hambre y el cansancio fueron debilitando a los mapuches.
Mallaucán guió a su pueblo hacia un bosque de araucarias, (son grandes árboles  rústicos, espinosos, como pinos, los mapuches los llaman pehuén), y allí pidió a los dioses que protegieran a sus mujeres y niños.
Cuando todo pareció perdido, ocurrió lo inesperado: las ramas de las araucarias comenzaron a sacudirse y cayó una lluvia de frutos que se abrieron y dejaron ver sus semillas.
Estas semillas fueron el mejor alimento, para estas personas que comieron hasta hartarse; luego se sintieron con más fuerzas, volvieron a la batalla y vencieron a los españoles.
El fruto del pehuén o araucaria, había salvado a los habitantes de estas tierras. 





LA LEYENDA DE LA LUNA

 Cuenta una leyenda que hace muchísimos años solamente el Sol reinaba en el cielo. De día todo era alegría, pero durante la noche un gran temor se apoderaba de las aldeas. Cierta vez, un puma sanguinario se ensañó con un pequeño poblado. Entonces, una joven valiente y generosa, llamada Quilla decidió poner fin a esta amenaza.
Una noche, en vez  de refugiarse junto a su pueblo, se quedó sola en un lugar abierto. Al acercarse el puma, ella comenzó a correr muy velozmente. El animal la siguió, pero Quilla conocía perfectamente la región y sabía donde ocultarse. Así, durante dos días, fue alejando a la fiera de su pueblo.
Pero finalmente, en la tercera noche, el puma la acorraló. La joven se dio cuenta que estaba  perdida. Sin embargo, contenta porque había logrado apartar a la bestia de su gente, se dispuso a morir. 

 En ese momento ocurrió algo asombroso: la figura de la muchacha comenzó a ascender por el aire hasta convertirse en un astro redondo y luminoso que quedó prendido en el cielo.
Los amigos de Quilla, que la buscaban intensamente, vieron la transformación y comprendieron lo sucedido......
A partir de ese momento, Quilla nunca los abandonó; los acompañó todas las noches con su luz.



















LEYENDA DEL HORNERO







 



 

 

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